Loba Negra
Perdón por la desconexión de estas últimas semanas, pero estaba esperando a terminar la continuación de Reina Roja y así seguir con la temática de Juan Gómez-Jurado. Sobre todo teniendo en cuenta que se estrena en noviembre el tercer libro de la saga.
El estilo del libro sigue siendo muy similar al de Reina Roja, con simpáticas referencias a letras de Sabina y a personajes populares de España. En este segundo libro profundizamos más que nunca en la mente de la investigadora. Es una lectura muy amena y simpática, gracias al personaje del inspector, que es un Sancho Panza moderno. En esta ocasión abandonamos el mundo de los multimillonarios españoles para adentrarnos en el de los multimillonarios rusos, especialmente en las mafias de Marbella.
El segundo libro de Gómez-Jurado sigue teniendo una gran chispa, pero no me ha gustado tanto como el de Reina Roja, quizás por perder el efecto sorpresa de Antonia Scott o porque la temática, al menos para mí, es algo más lejana. A pesar de ello, me devoré el libro en cuestión de días. Esta saga se merece el fenómeno que está causando, atrayendo a un público muy dispar, en mi casa estamos todos enganchados y ya estoy deseando echarle un ojo a Rey Blanco. Especialmente tras el emocionante final de Loba Negra, aunque no os preocupéis, no voy a hacer spoilers.
La sorpresa siempre es algo vital en las novelas de este autor, de ahí su petición a los fans de que no desvelemos el secreto de sus libros. Si alguien os lo chafa desde luego que se merece una semana sin amigos, o la invitación a unas cañas para ganarse vuestro perdón. No sé si alguna de las palabras imposibles de la mente de Antonia, definiría a la perfección a ese amigo, aunque la palabra cabrón del español popular me parece bastante acertada. Si te gusta la lectura de suspense, ligera y de buen rollo desde luego tienes que darle una oportunidad a esta gran saga. ¡No puedo esperar al 5 de noviembre!
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