Un caballero en Moscú
Animada por mi padre, durante esta cuarentena he leído numerosos libros ambientadas en Rusia, o bien escritos por rusos, una de sus debilidades. Uno de ellos es Un caballero en Moscú, que nos relata la maravillosa historia del conde Alexandr Rostov tras el estallido de la Revolución comunista en Rusia. Gracias a un poema subversivo escrito 10 años antes del estallido de la Revolución, a pesar de su título de aristócrata, el comité comunista le perdona la vida al conde. La única condición es que debe permanecer en arresto domiciliario en su lugar de residencia: el Hotel Metropol.
Foto: Russia Beyond
Amor Towles, un ex financiero de nueva York que ha dejado el mundo económico para dedicarse a la escritura, no es ruso, pero toma prestada la voz de Rostov y nos engaña, retratando con numeroso cariño lugares que él no ha visitado.
Towles además hace una interesante búsqueda de la similitud entre la aristocracia europea y el movimiento comunista. Al principio Rostov nos narra cómo ha cambiado la vida en Rusia, de ser admirados a detestados, los aristócratas ya no son signo de elegancia, sino que pasan a ser el chivo expiatorio para toda la mala situación que vivía el país. Mientras el pueblo se moría de hambre, los aristócratas acudían a bailes, bebían y comían los mejores platos del continente y derrochaban su riqueza. Todo esto lo vemos reflejado en los recuerdos de infancia del conde; pero Towles consigue que en la madurez del aristócrata veamos como los comunistas acaban haciendo lo mismo: de pasar a realizar caldeados debates ideológicos en el salón, también las élites comunistas acaban organizando los mismo bailes, las mismas comidas, y lo mejor de todo, en el mismo lugar que los antiguos aristócratas: el Hotel Metropol. De hecho, este gran cambio de mentalidad, se puede ver reflejado en el propio conde que de pasar de ser servido, pasa a sirviente, en su amado restaurante.
No sé a vosotros, pero yo encuentro cierta fascinación en las películas y libros ambientados en un único escenario, me parece que el narrador tiene que hacer una proeza para ambientarnos en ese lugar, que pasa a ser un protagonista más, esto ocurre con el Hotel Metropol. Mientras leía el libro sentía que era yo la que me sentaba a comer en los elegantes salones del restaurante, o me tomaba una copa acompañada de los ruidosos periodistas.
Foto: Tripadvisor
Towles afirma que la idea de escribir esta novela se le ocurrió cuando todavía era financiero, ya que debido a su trabajo viajaba mucho y no le quedaba más remedio que hospedarse continuamente en hoteles. En uno de sus viajes se percató de que reconocía al personal de los hoteles y a algunos de sus habitantes. Esto le hizo plantearse la pregunta que inspiró la novela: ¿quién se quedaría viviendo en un hotel voluntariamente?
La elección de la ambientación en Rusia, a pesar de ser norteamericano, no es al azar. Rusia es uno de los países que más arrestos domiciliarios realizó. Además, Towles siempre ha sentido una profunda admiración por la cultura de este país, lo que le hacía tener una base muy sólida para ambientar este libro y atreverse a ponerle voz a un ruso.
Te invito a que leas este libro, del que próximamente realizarán una serie. Es una novela muy sentimental, con personajes a los que rápidamente le coges cariño, y es posible, como me paso a mí, que entiendas y aprecies un poco más la cultura rusa. Además, algunos de los consejos del conde valen su peso en oro: "Lo que importa en la vida no es si recibimos un aplauso, lo que importa es si tenemos el valor necesario para subir al escenario pese a la incertidumbre del éxito" o que después de diez años de perder a una persona querida hay que brindar en su honor.
Comentarios
Publicar un comentario