Patria

No se a vosotros, pero a mi no me gusta nada leerme un libro después de ver la película basada en él. Me parece que se pierde parte de la magia al no imaginarte los personajes y los escenarios. Por eso cuando vi que HBO iba a estrenar finalmente la serie de Patria me apuré a leer la novela. Y la verdad es que me encantó.

Esta novela nos habla de dos familias tocadas por la violencia de ETA, pero de forma totalmente contraria. Una por haber perdido al padre de familia en un atentado y otra por tener un miembro de la familia perteneciente a la banda terrorista. Yo conozco los horrores de ETA, pero solo como parte de la historia de España, no recuerdo ver en la televisión un telediario abriendo con la noticia de una bomba del grupo vasco. Así que me sorprendió la presión que se vivía en los pueblos alrededor de la banda. Te hace replantearte el libre albedrío de la gente acerca de la visión sobre el grupo armado. Desde que eran niños los buenos eran los "defensores" del pueblo vasco, mientras que los policías o la guardia civil eran unos opresores. Y si tu no pensabas así más te valía irte del pueblo cuánto antes, porque te iban a obligar a participar o a hacerte presión, como vemos en la novela con Gorka, el hermano del terrorista. 


                    Patria desbarata la tesis abertzale de la equiparación del sufrimiento de  víctimas y presos - Política - Mundiario

Lo maravilloso de esta novela es que empatizas con todos los personajes, más allá del evidente dolor de las personas que han perdido a su padre. Entiendes que Joxe Mari, el terrorista, se ha criado viendo como esa gente eran unos héroes, además en su etapa en prisión ves como él considera que ha perdido toda su vida por una causa vacía, que ha perdido su juventud por nada. En cuanto a su familia, entiendes que quieran buscar una explicación a las abominaciones que hizo su hijo, además con un pueblo que los alientan y que le organizan homenajes. 

En cuanto a la familia de la víctima, me sorprendió como retrata el autor el dolor de cada uno. Hay dos personajes claramente contrarios, uno es la hija y otro el hijo. Ella quiere seguir con su vida, perdonar y continuar, intentar ser feliz. Pero él en cambio cree que ser feliz sería el acto de egoísmo más grande que podría cometer tras la perdida de su padre, así que juzga a su hermana por intentarlo. Te hace preguntarte, ¿quién es más egoísta?¿la persona que quiere ser feliz tras sufrir una injusticia o la persona que no quiere que los demás sean felices?

Finalmente está la mujer del muerto, Bittori, que lo único que quiere es entender por qué han matado a su marido. Un hombre vasco, empresario, que creaba empleos en el pueblo donde nació, ¿qué hizo para merecerse que le pegasen tres tiros en su portal? Así que va a luchar para conseguir la verdad. 

Mi única crítica con la novela es la línea temporal, que cambia constantemente yendo a pasados lejanos, al presente, pasados cercanos... Por lo que a veces es fácil perderse, sobre todo al principio cuando no tienes claro los personajes. De todas formas, se ha convertido en una obra esencial en España, que busca unir y no separar. Me parece un libro de los que se deberían leer en los institutos. Al final no somos nosotros o ellos, todos son víctimas. 

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